Elisa Valero Ramos comenzó su trabajo profesional en 1996 en la rehabilitación de una de las obras más representativas del arquitecto Félix Candela, una lámina de hormigón armado plegada de 1.800 metros de superficie con ocho apoyos y cinco centímetros de espesor.
Desde entonces, la investigación en las posibilidades del hormigón la han conducido a la experimentación con el material y los sistemas constructivos que posibilitan su optimización.