Tomar un espacio, experimentar con él y moverlo simbólicamente para cuestionar los límites del paisaje y de la realidad. Durante dos semanas, la artista vasca Maider López y un grupo de alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV/EHU han trabajado en el taller que se convertirá en la exposición Basoa.
López interviene en el espacio público y la arquitectura e impulsa la participación de los espectadores haciéndoles ser parte del espacio sutilmente alterado.
Sus intervenciones desvelan reglas de comportamiento impuestas, que la creatividad podría neutralizar, aunque sea simbólicamente, para crear alternativas. Rompe con el estatismo de las cosas y los lugares llevando a buscar nuevos modos de ver y de relacionarse.